La música influye determinantemente en diferentes aspectos de las personas, tales como la salud, las emociones, el estado de ánimo y en la expresión corporal.
Es por ello que las interpretaciones musicales se han utilizado y se siguen empleando como una herramienta efectiva para ayudar a que los seres humanos cuenten con una mejor calidad de vida.
La música y la expresión corporal
La música y la expresión corporal pueden catalogarse como lenguajes que nos ayudan a establecer una comunicación con otras personas.
Ambos lenguajes son empleados en diferentes campos de la educación, puesto que proporcionan ayuda al profesorado en el proceso de enseñanza, y además colaboran con el desarrollo cognitivo, emocional y psicomotor de los estudiantes. Adicionalmente, promueven el descubrimiento, la creatividad y la seguridad de los alumnos.
Desde que nacemos reaccionamos de forma natural cuando escuchamos algún tipo de sonido, moviéndonos o explorando. Es común que los niños comiencen a mover sus manos y piernas ante la presencia de las melodías o sonidos, facilitando de esta forma su comunicación.
En el ámbito educacional la música relacionada a la expresión corporal es libre, y le permite al alumnado expresarse a su manera. Los estudiantes mueven su cuerpo en concordancia a lo que sienten con base al ritmo que están escuchando, lo que ayuda a saber cuáles son cualidades para crear cosas nuevas y para improvisar.
Teniendo en cuenta todo esto, se evidencia la importancia del lazo que existe entre estos lenguajes, los cuales permiten que las personas comuniquen sus emociones y sentimientos.
Mejora tus estados de ánimos con canciones adecuadas
Investigaciones de naturaleza neurocientífica han demostrado que la música posee la capacidad de modificar los estados de ánimos, al activar todas las estructuras emocionales que se encuentran en el cerebro.
Las composiciones musicales son capaces de encender el núcleo de las diferentes estructuras cerebrales encargadas de crear nuestra gama de emociones.
Cuando disfrutamos de canciones que nos gustan, nuestro cerebro reacciona de manera favorable mejorando nuestro estado anímico. Si la melodía es movida y con un tempo rápido, podemos disfrutar de emociones alegres y felices que nos proporcionen energía y vitalidad.
Si lo que deseamos es sentirnos relajados y libres de estrés, entonces lo más recomendado es que optemos por interpretaciones musicales suaves, que calmen nuestros pensamientos y nos inciten a sentir paz interior.
Por otro lado, las composiciones rítmicas también nos permiten identificarnos con las emociones de otras personas, facilitando el entendimiento y compresión. Al escuchar piezas musicales activamos las zonas del cerebro que gestionan la empatía y la imitación, y que contienen las neuronas conocidas como espejos que reflejan las intenciones y conducta de las demás personas como si fueran nuestras. Esto nos permite sentir las emociones de otros, tales como alegría, dolor, tristeza, etc.
Por medio de la música podemos compartir nuestros sentimientos con otros, lo que facilita la creación de vínculos sociales.
Comúnmente utilizamos palabras para transmitir lo que sentimos pero en ocasiones esto no es suficiente para hacer llegar el mensaje que deseamos. Por medio de la música se nos hace mucho más fácil describir las emociones, y hacer que nuestro interlocutor comprenda lo que queremos expresar.